domingo, 29 de septiembre de 2013

EN MEDIO DEL ABISMO..¿COMO SALIR?


¿Cómo llegamos hasta aquí?, ¿Qué nos pasó?, “Pero si todo estaba bien..” . Cuando caemos en este abismo sin darnos cuenta es muy difícil, regularmente uno de los dos quiere salir y arreglar todo con solo chasquear los dedos, mientras el otro conyugue decide que es mejor seguir cada uno su camino, deslindándose de toda responsabilidad.. Con la frase común “para no hacernos más daño, mejor me voy”, aquí lo importante es ver como nuestro matrimonio de ensueño se cayó al abismo sin darnos cuenta.

Se dice que en la relación de pareja existen tres etapas: cercanía, silencio y abismo. Aunque nuestro matrimonio tenga 5, 10 o más años estas etapas están y no se puede decir cuando empieza una y tiene que seguir la otra. Estas etapas en la vida matrimonial son variables y se encuentran en nuestro día a día.

Cuando tenemos CERCANÍA todo va bien, nuestra relación es muy buena… todo es color de rosa; existe dialogo con nuestro conyugue, se tienen acuerdos; al cabo de los años de la convivencia y una vez sintiéndonos seguro con nuestra relación, con el hombre o la mujer que tenemos a nuestro lado, nos enfocamos en nuestros trabajos, actividades, vida social, los hijos, etc.. y vamos poco a poco haciendo un SILENCIO en nuestra relación, que si bien no detectamos  a tiempo nos conduce directo al tan lamentable ABISMO.

Es difícil estar en medio del este abismo, la mayoría de las veces nos vemos llenos de orgullo e in dignación, que no nos permite ver ni pensar con claridad, al contrario vamos poco a poco empeorando el panorama. Empiezan las discusiones, faltas de respeto, la indiferencia, las infidelidades y sobre todolas ganas de  intentar buscar una solución nuestra salida de este abismo.

En el abismo  vemos todo como perdido, viene la depresión, ansiedad y muchas veces las ofensas hacen más grande un problema que tal vez tenia solución. El dialogo primeramente con Dios que es nuestra oración diaria es el primer paso que tenemos que seguir, reconocer que no podemos solos y que necesitamos a Dios en nuestra vida en nuestro matrimonio.
Cuando logramos un dialogo con Nuestro Señor Jesucristo, podemos ver con más claridad la situación, empezamos a buscar un punto neutro, no discutir (que es un tanto difícil) no seguir este vicioso circulo de ofensas, al contrario agradecer y bendecir en todo momento a nuestro conyugue aun cuando el no cede, como dice la palabra de Dios…”Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿Qué recompensa recibirán?¿Acaso no hacen esto hasta los recaudadores de impuestos? Mateo 5:46.

Sigue orando por tu conyugue, aun cuando este es difícil de amar o no es tan amable, la pruebas pueden ser fuego que purifique tu matrimonio, invita al Espíritu Santo a que trasforme la situación que está pasando tu matrimonio, date la oportunidad de conocer las grandes obras que hace el Señor cuando nos abandonamos en sus manos.

Sugiere a tu conyugue que escojan un día a la semana solo para ustedes dos e inviten al Espíritu Santo a acompañarlos en ese día, hónrense por todo lo bueno que esa semana hicieron, después pidan perdón por haberse lastimado y ofendido;  pueden ir haciendo una lista de las cosa que se van a decir, para que no se les pasa algún detalle. Por último pongan acuerdos sobre los hijos, la casa, todo lo que a los dos involucre; es un tanto difícil las primeras veces pero poco a poco con la ayuda de Dios esto se va superando, cada vez es más fácil.

En estos tiempos que estamos viviendo el enemigo está tratando de destruir las familias, está dividiendo matrimonios y alejando a los conyugues uno del otro. No permitan que el enemigo logre su propósito y vivan un matrimonio en tinieblas recuerda que  Dios es la luz del mundo y las luz siempre han brillado sobre la tinieblas.
Oremos juntos por todas las familias que hoy están EN MEDIO DE EL ABISMO, para que salgan juntos de ese abismo en que juntos cayeron…

Comprométanse, Restauren, renueven su matrimonio y póngalo en las manos de Dios, poco a poco las cosas se irán acomodando conforme al corazón de Dios, permitan que el plan que Dios Nuestro Señor tiene para ustedes siga el curso debido.
Te invito a que reflexiones como está tu relación hoy en día,  ¿En qué etapa se encuentra tu matrimonio?



 

 

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